Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme creer que
debo hablar de manera exacta y precisa y si no, es mejor quedarme callado.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme creer que
solo son interesantes y relevantes las palabras y frases exactas y si no a las
personas les desagrada escuchar lo que no sea exacto porque lo verían como tonterías.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme juzgar mis
palabras como tonterías.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme quedarme
callado porque creo que digo tonterías.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme darle a las
palabras y frases cargas positivas o negativas de energía y a partir de ahí
definir la forma en que me debo sentir o limitar mi expresión y comunicación.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme no darme
cuenta que todas las palabras en esencia son lo mismo: palabras y el que sean
exactas o no son un juicio que les he dado.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme tratar de ser
superior por elegir palabras más exactas.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme buscar la
superioridad utilizando palabras exactas en vez de investigar porque trato de
buscar esta superioridad, ¿Qué es lo que trato de compensar?
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme tratar de
compensar mi inseguridad al hablar usando palabras exactas.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme no enfrentar
a mi inseguridad.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme sentirme
vulnerable.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme creer que las
palabras y actitudes de las personas pueden dañarme, alterarme.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme creer que
tengo que ser o reaccionar obedientemente a las personas.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme tenerle miedo
a los juicios de las personas hacia mi persona.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme juzgarme a mi
mismo.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme no darme
cuenta que el miedo que le tengo al juicio de las personas hacia mi mismo es el
mismísimo juicio que yo he creado hacia mi mismo.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme ocultarme del
juicio de las personas hacia mi en vez de dejar de juzgarme a mi mismo.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme creer que
juzgarme a mi mismo tiene beneficios.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme creer que
juzgarme a mi mismo me hace mejor.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme buscar la
superioridad juzgándome a mi mismo.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme permitir el juicio
hacia mi mismo como método mental para seguir evolucionando el sistema de
conciencia mental dentro de mi.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme creer que soy
el sistema de conciencia mental.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme vivir cada
día creyendo que soy mis pensamientos.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme vivir cada
día jugando cada aspecto de mi mismo.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme juzgarme a mi
mismo sin saber el verdadero resultado, efecto de juzgarme a mi mismo.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme vivir en el
nombre del ego.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme creer que soy
especial.
Me perdono a mi mismo
por aceptar y permitirme separarme de toda ser de toda esta existencia y creer
que soy lo único que importa.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme creer que
debo mantener esta superioridad.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme creer que juzgándome
es la forma de mantener superioridad.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme tomarme
personalmente las palabras de las personas.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme creer que
todo lo que dicen y hacen las personas de alguna forma esta relacionada conmigo
y por eso me lo tomo personal en vez de darme cuenta que estoy reaccionando de
tal manera al creer que en esta existencia soy lo que importa, lo especial.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme tener miedo a
perder lo especial.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme tener miedo a
perder lo ‘bueno’ que ven las personas en mi.
Me perdono a mi mismo por aceptar y permitirme no darme
cuenta que tener miedo a perder lo especial es sinónimo a estarme definiendo en
todo momento por ideas mentales las cuales son irreales y por lo tanto son algo
que no puedo ser.
Me comprometo conmigo mismo - en y cuando me vea a mi mismo juzgandome por las palabras y modos de actuar de las personas, incluso cuando no hayan sido directos a mi: detener mi participación en la mente, respirar, y darme cuenta que estos jucios yo los he creado y los detengo y paro de usar a la mente para definir mi expresión en esta existencia y así comenzar a relamente vivir.
Me comprometo conmigo mismo - en y cuando me vea a mi mismo juzgandome por las palabras y modos de actuar de las personas, incluso cuando no hayan sido directos a mi: detener mi participación en la mente, respirar, y darme cuenta que estos jucios yo los he creado y los detengo y paro de usar a la mente para definir mi expresión en esta existencia y así comenzar a relamente vivir.
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